Reflexiones urbanas (I)

(Honesty Bookshop, in Hay-on-Wye, Wales)

¿quién entra en las librerías en que no entra nadie?

librerías de libros de infinitas manos de manos secas agrietadas por lo fuerte de la lejía, manos cálidas necesitadas de otras manos, finas manos que se contonean con una sofisticada delicadez en el pasar de las hojas. librerías de múltiples ojos que recuerdan que un día ellos también fueron protagonistas de sus historias y amaron salvajemente y en secreto como Hester Prynne o en erótico silencio como Max, el berlinés.

librerías de libros roídos por los silencios que se cuentan entre las agujas de un reloj que cuelga de la pared del fondo donde el polvo se diluye en el olvido

¿quién mira a quien no mira nadie? ¿quién es testigo de sus prolongados silencios? ¿quién le acompaña en el camino si cuando echa la vista atrás no mira nadie?

¿quién mira al desvalido, al culpable por homicidio, al perpetuo encadenado? ¿quién mira al sintecho de la calle Fuencarral esquina con Espíritu Santo? ¿quién me mira a mí? ¿con quién te estás mirando? ¿dónde está el amor? ¿dónde se ha ido?